Reflexiones vigorizantes

Usted no tiene prioridad

IMG_2577 Esa expresión, “Usted no tiene prioridad” es la que me he tropezado en una señal pública en una calle de Mazarrón (Murcia). Confieso que conocía muchas señales de prioridad de paso de vehículos pero nunca había visto un rótulo parecido y no logré desentrañar el mensaje.

   Si nos fijamos en el reverso del “Ud.no tiene prioridad” existe una señal de ceda el paso para los vehículos, antes de adentrarse en una rotonda. Veamos las hipótesis interpretativas.

Puede ser que ese rótulo vaya destinado a los vehículos del interior de la rotonda pero resultaría absurdo porque no puede circular en dirección contraria, unido a que ciertamente sí tiene prioridad cuando circula por la rotonda sobre los que acceden a la misma.

También puede ser que el rótulo vaya destinado a los peatones para que no crucen la carretera, cosa sorprendente porque no hay paso de peatones y es lugar de rodeo, riesgo y vallado, lo que ya de por sí disuade al mas pintado.

O puede que por su ubicación, esté destinada a ser leída por los peatones, condición que yo tenía, y que diga que en dicha acera los peatones que vamos no tenemos prioridad sobre los que vienen ( algo parecido se ha señalizado en Venecia, por la eclosión de turistas, donde se distinguen carriles peatonales de ida y vuelta).

Descartadas mis hipótesis (y agradeciendo de antemano las mejores que los lectores puedan ofrecer), y  mas bien por sentido poético, me temo que  esa sencilla pero tajante advertencia ( “Ud. No tiene prioridad”) es un mensaje para la ciudadanía como mantra de filosofía de vida. Y es que reflexionando sobre ello, es cierto que en la vida deberíamos darnos cuenta de que no tenemos la prioridad que creemos.

 Veamos.

A veces nos consideramos con prioridad para imponer la opinión y avasallamos a quien nos escucha sin darle posibilidad de responder ni credibilidad. Y quizá habría que pensar que es una prioridad escuchar antes de hablar.Captura de pantalla 2018-07-23 a las 11.28.25

A veces nos apresuramos en ser los primeros en llegar a un espectáculo, un restaurante o evento, y nos consideramos con mejor derecho que los demás, sin saber lo que ellos ansiaban nuestro objetivo.

Otras veces no obtenemos un destino o ascenso laboral y nos creíamos con prioridad sobre otros, porque nos sentimos mejores que nadie, sin detenernos a pensar en el esfuerzo o mérito ajeno.

A veces ocupamos sitio para aparcar en zona azul, prohibida o similar, por considerar que pese a la prohibición, tenemos prioridad porque será un minutito y lo que nos ocupa es urgente. Y quizá habría que pensar más en los demás.

mario-kart-8-deluxe-gold-marioA veces estamos esperando vez en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), ante una oficina pública, ante una sucursal bancaria o hacemos una sencilla cola en la carnicería, pescadería o para pagar en el supermercado y nos invade el desasosiego, miramos el reloj nerviosos y nos agitamos o bufamos porque consideramos egoístamente que el que nos precede no tiene nuestra urgencia y que lo nuestro es lo que realmente importa.

En definitiva, que deberíamos tomarnos la vida con mas calma, no desdeñar el interés o razones de los demás, y disfrutar de las esperas.

 Y eso sí, asignar prioridad a lo que realmente lo requiere.

  • De un, lado, la atención a nuestra salud ( nada de posponer análisis y consultas médicas por temor cerval, ante la infantil idea de que si no sabemos lo que tenemos posiblemente no lo tengamos).
  • De otro lado, la atención a los seres queridos ( nada de posponer llamadas, visitas o contacto con aquellos que nos quieren, porque quizá algún día nos lamentemos de no haberlo hecho antes).images (2)
  • Y por último, la atención a nosotros mismos, en cuanto a conocernos mejor; nada de introspecciones religiosas, budistas o devaneos existenciales. No. Sencillamente, detenernos a reflexionar un poquito en lo que somos, en qué nos hemos convertido y si merece la pena esforzarnos en cambiar algo; y esa reflexión por cierto, bien puede acometerse cuando esperamos en esas pausas o tiempos de espera que jalonan nuestra vida.

 En fin, tras este toque reflexivo propio de la época estival, volveré a aterrizar y confesaré que ya sospecho el sentido del mensaje “Ud. No tiene prioridad”. Y es que al llegar a la playa de Mazarrón,  con pleno estilo dominguero ( chanclas, bañador, toalla y silla), unos cientos de metros mas allá de la señal comentada, me encontré con una barrera entre el mar y los que llegábamos a la playa, formada por sombrillas, toallas gigantes, carpas de circo y bañistas apiñados (con neveras, hinchables, radios,etc) que impedían la llegada al mar, salvo que fuese estilo rayuela, o sea, saltando y en zig-zag. Eso hice y conseguí alcanzar con rápidos brincos el Mediterráneo, y digo brincos porque hacía años que no me quemaba los pies en la arena, aunque siendo positivo, eso me demostró que no era una leyenda ni mito lo de caminar descalzo sobre las brasas.

 17fac4423a46a79064f377cfd8cfe5ad--street-artAsí que, desde las calientes y saladas aguas, me di cuenta que toda esa barrera de bañistas, sombrillas y pertrechos era un mensaje de que se sentían ocupas legítimos y que yo “no tenía prioridad”. Como consolación, disfruté del agua salada, donde su abundancia excluye toda prioridad.

 En fin, tómense este fragmento final como un chascarrillo veraniego para provocarles la sonrisa, y tómense en serio eso de que «Usted no tiene prioridad» o mejor, no la tiene siempre que cree tenerla.

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