Claves para ser feliz Reflexiones vigorizantes

Momentos antes de la felicidad

BAnskyMe asomo a la fotografía difundida por Banksy sobre los momentos inmediatamente previos a la felicidad, que arrasa en las redes, y lo comprendo.

Puede verse el niño con inocencia e ilusión que eleva sus ojitos y manitas suplicantes hacia el anciano que le sonríe y que guarda a su espalda el cachorrito.

Esa foto es un buen test para determinar como somos y como vemos el mundo.

Porque no todos vemos lo mismo. Pongámonos las gafas de interpretar.

Algunos pensarán que el anciano le va a dar una sorpresita, regalo o detalle. Quizá es su abuelo.

Otros pensarán que el anciano le ha quitado el cachorrito y le sonríe para explicarle como debe comportarse para que se lo devuelva.

Incluso cabe que no vaya a dárselo, sino sencillamente el niño lo ha perdido y le pregunta al anciano si lo ha visto.

A lo mejor, el niño quería quedarse con el perrito y el anciano le explica que el cachorro tienes unos papás y debe estar con los de su especie.

O sencillamente el abuelo le explica que un cachorro no es un juguete y le da instrucciones sobre su cuidado.

Y… ¿por qué no pensar que el abuelo ha arrebatado al cachorro de las manos del pequeño porque le ha mordido, o a la inversa?

También podemos ponernos en lugar y con los ojos del perrito. Cogido por la mano nervuda de lo que le parece un gigante y elevado por las alturas, sin saber si se caerá al suelo o será arrojado. Quizá ha sido arrebatado a su madre, o quizá va a ser devuelto a ella.

O mas aún, coloquémonos en lugar del anciano. Tiene el perrito escondido porque ya está solo en la vida y solo tiene ese perrito para que le haga compañía. O quizá sabe que su nieto solo se interesa por él si le da algo a cambio.

Captura de pantalla 2017-11-19 a las 21.13.59En fin, muchas son las interpretaciones de las fotografías, de las páginas leídas, de las escenas de las películas y de las situaciones de la vida. Tenemos un cerebro poderoso para percibir la realidad y explicárnosla.

A veces tenemos la mirada de las vacas hacia los trenes, con ojos vacíos mientras rumiamos. Otras veces, la mirada del águila alerta a la pieza. Y otras la mirada risueña y perdida en el vacío.

La moraleja es que quizá en la vida hacemos igual. Tenemos miles de películas, de vídeos, de caprichos, de archivos… más de los que podemos saborear en varias vidas.

Así que quizá lo mejor es no complicarse la vida y mirar esa foto de Bansky con libertad, sin dar cuenta a nadie.

Y por eso, me he detenido a examinar otras fotos mas íntimas de mis tres cachorros que me muestran momentos similares y que comparto.Captura de pantalla 2017-12-01 a las 17.11.16IMG_4020

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1 comentario

  1. Nadie mejor que un niño sabe reflejar la felicidad. La pureza desinhibida de su expresión y la viveza espontánea de su mirada son sencillamente inigualables. Basta ver la cara y el gesto de su retoños para comprobarlo. Uno de pillo, que se regocija con el botín de comida conseguido. Otro de ecologista solidario, que se alboroza dando de comer al corderito y haciendo nacer una buena amistad. Y, finalmente su pequeña, de coqueta presentadora en sociedad de su muñeco, que muestra con tal dulzura, ingenuidad y guapura que acabamos convencidos de que el muñeco, ciertamente, debe ser el mejor del mundo, pero que la verdadera muñeca es ella.

    Gracias por compartir esos momentos de felicidad y por los que nos hace pasar con sus reflexiones y escritura.

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