Sobre el arte

El Rey está desnudo: la farsa de cierto arte contemporáneo

Museo GuggenheimNo soy crítico artístico pero creo que el auténtico arte no precisa explicaciones alambicadas sino que impacta en el observador. Cualquier cuadro de Dalí que se muestre a cualquier profano en arte, será contemplado con admiración y respeto porque hay algo que impacta, asombra, encoge o maravilla. Aunque nunca faltará quien le vea defectos a la Mona Lisa del gran Leonardo Da Vinci, casi todos sienten en el corazón lo que nunca sintieron cuando los ojos perciben algo que nunca percibieron: arte.

Sin embargo, los derroteros del arte de vanguardia han confundido la extravagancia y la originalidad con la calidad.

Viene al caso porque el pasado viernes tuve el placer de visitar el Museo Guggenheim de Arte Contemporáneo en Bilbao.

El edificio obra de Frank O. Gehry es colosal y maravilloso. Plenamente integrado en la ciudad y junto a la ría se alza como una bellísima demostración de arquitectura majestuosa y armónica. El conjunto arquitectónico, dimensiones, combinación de texturas y espacios con  volúmenes combinados resulta sencillamente admirable.

Sin embargo, el que la cáscara sea diamantina no garantiza que el fruto interior también lo sea, ya que las dos plantas superiores del Museo se dedicaban al pop-art y al expresionismo, con impresionantes obras de no menos impresionantes artistas. Aunque algunos visitantes no podrán menos de recordar a los embaucadores vendedores de crecepelo del lejano Oeste… ¡Pasen y vean!.

materia del tiempo1. Las moles formadas por planchas curvadas de acero de Richard Serra (1939- ) sobre la Materia del Tiempo resultan extrañas pero evocadoras para el visitante que las observa y se integran en esos espacios formando una atmósfera especial, sintiéndose pequeño ante la materia y el tiempo. El paseante se inserta y camina por la obra y se sobrecoge cálidamente arropado por esas sinuosidades. Vale.

2. La obra de Niki de Saint Phalle (1930-2002) me dejó impresionado, y me ratificó que la creatividad y talento artístico no están reñidos con la insania mental. Un auténtico prodigio en la composición de sus obras que impactan a quien las ve y despiertan sensaciones contradictorias y ráfagas de mensajes.niki

Pero cuando asistimos a sus declaraciones e interpretación de sus propias obras algo nos sacude la mente. Y es que la muestra ofrece videos de la visión de la artista del mundo: un feminismo radical con respuesta para la política y la religión; entonces la incredulidad asoma y nos damos cuenta del «mal de altura» del artista que se cree sus propios delirios. Como ejemplo, nos enteramos que saltó a la fama por el ingenioso sistema de lanzar disparos con una escopeta de cartuchos.

disparos nikkiSegún se afirma en la muestra del propio Guggenheim la técnica utilizada por Niki era que la artista elegía objetos de mercadillos, la calle o su casa, que rellenaba con bolsas de pintura de colores; luego fijaba las bolsas sobre superficies horizontales que cubría de yeso blanco. Finalmente la artista tomaba una escopeta y disparaba contra la pieza que ofrecía un resultado final de agujeros con la dispersión de la pintura afectada por el impacto; tales impactos significaban según la crítica especializada y las confesiones de la autora nada menos que… ¡ojo al dato!, la muerte de las convenciones sociales y políticas, llegando afirmar la propia autora que esos disparos de escopeta solo los puede hacer y salvar al mundo una mujer porque su útero es el único capaz de crear una nueva vida.

¡¡Caracoles!!

Así y todo intento desvincular la buena obra artística de los devaneos mentales del autor, de igual modo que saborearía un buen plato de la mejor gastronomía aunque el cocinero abrigue la creencia en que sus obras culinarias responden a marcianitos verdes que le susurran los condimentos adecuados.

3. Todo iba estupendo hasta que vi una obra del aclamado Joseph Beuys (1921-1986). Y no digo que no sea un genio pero si afirmo que un genio no es el Rey Midas que convierte en oro artístico todo lo que toca, sino que hay obras cuyo valor no solo no lo capto sino que me parece, para decirlo en román paladino, una tomadura de pelo colectiva. De ahí que debemos tener el valor de abandonar el rebaño gregario y cuando algo no nos satisface y la explicación no nos convence poder decir bien alto:

Esto no encaja en lo que debe ser arte. Esto es una burla y es lamentable que la crítica y los espacios públicos contribuyan a difundir tamaño montaje.

No deja de sorprender que el arte cumple una misión estética, formativa y de sacudida de la mente del observador y que algunas obras sean puro contrabando de estupideces.

4. Me explicaré con el ejemplo de la obra que a continuación mostraré del citado Josep Beauys. Plantearé un reto al espectador.

josep beauys

4.1 Aquí está la obra. Por favor tómese tres minutos en observarla sin perder de vista que ocupa la tercera parte de una sala inmensa del Guggenheim. Recréese en los detalles y deje libre su imaginación sobre lo que significa cada elemento, sobre su color o funcionalidad. Sobre el mensaje si lo hay. Y si no hay mensaje (que no es necesario) pues sobre el goce visual que le produce o sobre las emociones que le despierta.

¡Espere!. Todavía no siga leyendo, Mírela otra vez como si estuviese en un examen o si desarrollase su trabajo como crítico de arte, y luego sea honrado consigo mismo y dígase: veo esto o lo otro. Creo que el mensaje es este u otro. ¿Ya tiene su respuesta? Veamos si ha acertado aunque sea de lejos.

4.2. Y ahora sí, le voy a mostrar la solución que ofrece el propio museo Gugenheim según el propio Josep Beauys con gran aplauso de la crítica.

La disposición de este misterioso grupo de objetos evoca un emplazamiento natural que podría ser el claro de un bosque, en el que un venado (representado por una tabla de planchar que descansa sobre unas «patas» de madera), las formas excrementales de «animales primigenios» (realizadas clavando herramientas en arcilla y moldeando las formas de bronce), y una cabra (la desvencijada carretilla de tres ruedas) aparecen iluminados por un potente rayo (la pesada forma triangular que cuelga precariamente de una viga). El artista es el testigo humano de esta mítica narrativa simbólica (dominada por los animales, como es habitual en la obra de Beuys), ya que aparece indirectamente representado en la forma de un vaciado de un tiesto de tierra colocado sobre una vieja base para modelar esculturas.

4.3 Creía que los símbolos eran signos o elementos con mensajes subliminales pero bajo un mínimo de convención pues si un símbolo depende del criterio de una persona, eso no es un símbolo, eso es un jugueteo solitario que no puede esperar que el común de las personas coincidan. Y así, por mucho que miraba la obra ni veía el venado, ni la cabra, ni el rayo ni tiesto alguno.

Es más, si miran de nuevo la imagen personalmente me parece mas cercana la simbología o explicación si representase un jamón colgando con virutas de los cortes, con la cortadora de fiambres al fondo y una máquina de hacer fotos de tan sabrosa degustación.

En fin, sobran las palabras y me niego a ser borrego gregario en vez de lobo estepario.

5. Estamos ante un truco de magia que nos debería llevar a aplaudir pero lo mágico radica en provocar perplejidad al espectador por el aparente desafío de las leyes físicas o a lo que se perciben los sentidos.

arte nada
«Nada», del pintor John Cage. Museo Pompidou Center. París.

Así en el caso que nos ocupa, como en el otro ejemplo que arriba señalo, es una magia burda porque miramos la chistera y luego el mago sencillamente nos dice que no hay conejo porque en realidad es jueves. Y ante esta declaración espera nuestro aplauso, y los espectadores vamos y aplaudimos porque debemos aplaudir.

Lo siento, e insisto en que no dudo que sea genial Josep Beauys con otras obras pero esta concreta obra, titulada pretenciosamente «Rayo iluminando un venado» y que ocupa el mayor salón del buque insignia de los Museos de arte moderno de España, me parece una solemne y grande tomadura de pelo (pues solemne y grande es el artificio), o sea, una burla a las inteligencia de los espectadores.

6. No olvidemos, el cerebro adopta patrones y como los bonsáis que se van recortando, si nos dicen que algo es arte, y lo dicen y repiten como bueno y verdadero, nuestro patrón de valoración artística se va domesticando y vamos dejando de pensar por nosotros mismos.

no es culturaSeamos valientes y con educación digamos ante estas supercherías: esto es infame. Y seremos mas felices porque por discrepar no pasa nada, cuando nadie será capaz de rebatirnos nuestra apreciación. Lo que sucede es que a veces se tiene miedo a ir contracorriente. Y lo digo sin pedantería, ya soy mayor para pensar por mí mismo y para reconocer mi ignorancia, pero no para tragar ruedas de molino. Y quien lo dice para el arte, lo dice para la política, la religión o pseudociencias.

7. En fin, que tengo la sensación de que el «arte oficial» como la «cocina de autor», el «cine independiente» o la «literatura experimental» está lindando con las «burbujas inmobiliarias» en cuanto a la existencia de una sobrevaloración artificial. Además en el caso del arte va acompañado de una parafernalia de «ismos» o calificativos de tendencias que dan un portazo al escepticismo del profano, e incluso tal y como indiqué en un anterior post llega a hacerse necesario dominar la jerga del snobismo para poder movernos en el mercado del arte moderno.

8. Por último, para hacer un guiño de humor, aquí va mi creación artística personal de una mañana de verano, y dejo su interpretación a la imaginación del lector. ¡Ah! Advierto que admito las críticas negativas y que se diga que es una majadería, pero al menos yo me quedé muy complacido con crearla y sobre todo, no tengo pretensiones de que sea elevada a los altares artísticos ni dejar que nadie se crea lo que no es.

artejr

8 comentarios

  1. ¡Tu obra es colosal, telúrica! Evoca la primordial deidad luminiscente cuyos incandescentes brazos de sílice verde son el magistral guiño cultural que subvierte a una insaciable sociedad de consumo cuyo único fin es el sarao, la perenne vocación por la milonga. Se exhibe obscena la pretextual exposición del escociente abrazo del grandilocuente titán cósmico. Y en el centro de la potente obra un extraño y ominoso ser primordial de poderosos acentos evocativos. Yo la llamaría «Abrazo Primordial» o «¡Let´s go Party!» (así en inglish, para darle caché).

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