Pintura para el alma : Exposición en Cambre de María Fernanda Candal

    Decía Hipócrates aquello de «Ars longa, vita brevis» para advertir que la vida es demasiado corta para poder conocer todo lo científico y artístico.

 Hay que ser selectivo, pero hay arte que no se puede perder, cuando además de su belleza interna provoca turbulencias emocionales en el espectador. Y es que cuando los ojos ven lo que nunca vieron, el corazón siente lo que nunca sintió.

   Es el caso de la Exposición que se está celebrando en la Sala de Exposiciones de la Casa de la Cultura Villa Concepción en Cambre (A Coruña), de los días 3 a 29 de Octubre de 2014, y que bajo el sugerente título «Antónimos» ofrece un selecto repertorio de pinturas al óleo, divididas en «Vivencias» y «Emociones». Pero asomémonos al viaje hacia nuestro interior que  que nos ofrece su autora de la mano de su obra pictórica.

1. Comenzaremos por señalar que la exposición se inauguró el pasado viernes, 3 de Octubre, en la bella Casa de la Cultura del municipio de Cambre , contando con la intervención del Concejal de Cultura que mostró la disposición y facilidades brindadas por la Administración municipal para el Arte con mayúsculas.

A continuación, Mar Fernández Corral, licenciada en Historia del Arte y crítico de arte contemporáneo, glosó con gracejo, viveza y rigor a la pintora y su obra, haciendo hincapié con guiños expresivos a los numerosos asistentes, en la vocación de unas pinturas que plantean al observador el reto de compartir con el autor la vivencia o la emoción que la autora plasma en sus cuadros, pero dejándole libertad para que sus propios ángeles o demonios interiores afloren ante el impacto visual de esa explosión de colorido, pirámides y vórtices que se alzan en señas de identidad de esta muestra de la obra de María Fernanda Candal.

Finalmente la propia autora, María Fernanda Candal Tapia, sin hacer alarde de su sobresaliente productividad artística, tuvo oportunidad de agradecer a los asistentes su presencia y a dos de sus maestros (Antonio García Patiño y Felipe Criado) las enseñanzas de estilo, demostrando una soltura y generosidad que refleja la esencia de sus propias obras. Además, dejó abierto el sendero para los visitantes de la exposición al dejar claro que una parte de sus lienzos, se corresponde con sus «Vivencias», esto es, la huella de su experiencia en su expresión material (maternidad, rincones oscuros, viajes, amor, etc) y otra con las «Emociones», eso es, el impacto en mente y corazón que dejan esas vivencias, pero bajo el mágico efecto de que si bien plasman la impronta personal de la autora, se convierten en un espejo que refleja la sensibilidad de quien en cada momento observa la obra.

Y es que la autora desea, y lo consigue, que su obra interactue con el observador, sin lugar para la indiferencia. Y así , la visita a la exposición se efectúa bajo una atmósfera de olor a naturaleza que envuelve y permite la ensoñación conjunta de los sentidos al examinarla.

2. En suma, las palabras quedan cortas para sustituir lo que las pinturas ofrecen ya que en este caso, lo pintado supera a lo vivo, y diríase parafraseando el conocido refrán que una de esas imágenes al óleo vale mil palabras…y otras tantas palpitaciones.

Quede aquí una muestra de la obra, que no releva de la conveniencia de la visita en persona, pues pocas veces se ofrecen tantas sensaciones visuales y emocionales al alcance de la mano.

No hacen falta especiales conocimientos para captar el mensaje abierto de la obra, de cada óleo, de cada fragmento de vivencia o emoción. No hay que ser profesor, crítico de arte ni universitario. No. Basta con mirar al cuadro y sentirlo. ¿Acaso no decía Oscar Wilde que nadie necesita ser un tirador de primera para saber si el otro ha dado en la diana?.

Tampoco precisamos etiquetar a la autora y su amplia obra, aunque con lucidez ha sido calificada su obra por Xulio Valcárcel: » Emplea María Fernanda un lenguaje plástico de signo expresionista, con toda la carga que tal concepto encierra. Sus cuadros, de una potencia casi visionaria, semejan transcripciones de estados de ánimo sobre fondos generalmente abstractos, con algunas concesiones figurativas».

  A nuestro modesto juicio, es cierto que en los artistas consagrados se tiende a encasillarlos con una referencia o «marca» de la obra. Así se asignó el cuadrado a Piet Mondrián, la espiral a Frank Stella, la perspectiva a Francis Bacon, el azul a Yves Klein, los ojos rasgados a Modigliani, el efecto de salpicadura a Segal, el fieltro a Josepg Beuys, las imágenes de anuncios a Andy Warhol, etc.

Sin embargo, el profano es capaz de detectar denominadores comunes en estas obras de María Fernanda, mas allá del colorido que va directo al corazón, pues en numerosos lienzos se adivina el vórtice o espiral en rotación, así como la pirámide o las salpicaduras de originales materiales, y por encima de todo, un curioso reto al juego con el espectador que, si se aleja ve el lienzo como si fuera el fecundo y colorista Amazonas desde una avioneta, pero si se aproxima el lienzo ofrece detalles minimalistas, unos escondidos, otros exuberantes y otros enigmáticos, que van abriendo ramilletes de sensaciones como las muñecas rusas.

Salvando las distancias artísticas, temporales y geográficas, confieso que el impacto de la obra «Todo» me evocó la conocida obra de Munch, «El Grito», y que ya tuve ocasión de comentar en un anterior post.

En definitiva, en los tiempos que corren, donde el mercantilismo del arte y la crisis económica va postergando la belleza de la vida interior y la sensibilidad, debemos saludar y aplaudir con regocijo y optimismo este lote de cuadros de «Antónimos» , así que insisto en recomendar la visita a esta exposición en Cambre. Y puedo asegurar que, vista cuadro a cuadro, con parsimonia y atención, dejando flotar la imaginación, se saldrá mas enriquecido espiritualmente y posiblemente mas feliz. La magia del arte.